sábado, 9 de febrero de 2008

CAMBIOS EN LOS PACIENTES CON TRATAMIENTO DE INFUSORES DE INSULINA


Los pacientes con diabetes tipo 1 en tratamiento con infusión de insulina disfrutan de beneficios en el control de su enfermedad y en su calidad de vida.
• El Hospital Carlos Haya publicará los resultados de un estudio sobre los cambios metabólicos y en variables psicosociales que se producen en las personas con diabetes tipo 1 que utilizan infusores de insulina. La Unidad de Diabetes del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Carlos Haya, cuyo jefe de servicio es el doctor Federico Soriguer, ha desarrollado un estudio en torno a la evaluación integral (metabólica y psicosocial) de los cambios que se producen en pacientes con diabetes tipo 1 que inician un tratamiento con infusores de insulina. Entre los resultados preliminares de esta investigación destaca, como ha señalado la doctora Marisol Ruíz de Adana, quien ha dirigido esta investigación, la mejora en parámetros metabólicos y de la calidad de vida de aquellos pacientes a los que se les indica de manera adecuada una terapia con infusión continua de insulina.
Según los datos de la doctora Ruíz de Adana, desde el año 98 en que se inició la indicación de este sistema de infusión de insulina, se han instalado en el Hospital Carlos Haya 110 infusores o “bombas de insulina”, como se les conoce popularmente. Esta cifra sitúa al complejo hospitalario en un lugar destacado a nivel regional. Y es que, desde su aprobación como prestación sanitaria en el año 2003, en Málaga se ha indicado el 50% de infusores de toda Andalucía y en el Servicio de Endocrinología del Hospital Carlos Haya, el 33% de toda la comunidad andaluza. Entre el 5 y el 10% de los pacientes con diabetes tipo 1 pueden cumplir criterios para la aplicación de esta terapia intensiva insulínica con infusores, que consiste en el uso de un dispositivo que permite administrar la insulina de manera continua. En este dispositivo se encuentra almacenada la insulina en un cartucho renovable y se administra a través de un catéter conectado a una cánula de inserción subcutánea. Su objetivo es reproducir, lo más fielmente posible, la secreción fisiológica de insulina por la célula beta pancreática, para acercarse a la normalidad de la glucemia. Los pacientes a los que se les trata con infusión subcutánea continua de insulina son aquellos que, a pesar de un tratamiento insulínico optimizado, presentan una gran inestabilidad metabólica (hiper o hipoglucemias inesperadas y frecuentes). En el caso de las embarazadas diabéticas, por ejemplo, el 18% de los infusores van destinados a ellas, debiendo ser instalados de manera planificada unos seis meses antes de la gestación.
En el estudio, para el que se ha contado con 90 pacientes adultos (45 que han iniciado el tratamiento con infusores y 45 a los que únicamente se les cambió el tipo de insulina) que han tenido un seguimiento mensual durante un año, se ha determinado que los pacientes con bombas de insulina necesitan menos unidades de insulina al día (un 30% menos); mejoran el control de la glucemia; y se reduce el riesgo de hipoglucemias severas de descompensaciones cetoacidóticas. También existen mejoras en los cuestionarios validados para diabetes de calidad de vida y en los tests que evalúan tanto la depresión como la ansiedad.
Al permitir los infusores un aporte continuo de insulina por parte de la bomba, los pacientes tienen una mayor flexibilidad en sus hábitos diarios y libertad en los horarios de comidas, adaptándose mejor la insulina a las necesidades variables a lo largo del día. En el caso de los niños, como ha señalado el responsable de la Unidad de Diabetes del Hospital Materno Infantil, Pedro López Siguero, es destacable el menor número de pinchazos que se dan con la administración de múltiples dosis de insulina. Para los especialistas, los niños, con una gran capacidad de aprendizaje para el manejo de infusores, son la población diana para la indicación de este tratamiento, ya que las bombas de insulina se adaptan mejor a su estilo de vida más irregular.
Para el uso de los infusores de insulina, además de una selección adecuada del paciente candidato, se necesita un riguroso aprendizaje de conocimientos junto al desarrollo de nuevas habilidades y de actitudes que sólo pueden ser alcanzados en el marco de un programa intensivo específico de educación diabetológica que ha sido desarrollado por el equipo de la consulta de infusores de la Unidad de Diabetes del Hospital Carlos Haya. En dicho equipo de carácter multidisciplinar participan dietistas, enfermeros, auxiliares, psicólogos y endocrinólogos.

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